jueves, 24 de julio de 2014

Con los pies en las tierras mas altas del mundo y con la cabeza en la luna llena.Ladakh y Cachemira

Después de dos semanas de aislamiento cibernético, volvemos para contaros cómo se las gastan los indios de la provincia mas norteña de la India. Jammu y Kachemira.


Después de relajarnos un par de días en las montañas de Manali, nos subimos a un minibus con rumbo a los Himalayas... A las 2 horas de viaje, ya se nos había desvanecido todo el relax que acumulamos los días anteriores, debido a un conductor casi suicida y a una "carretera" que se podría considerar como la mayor montaña rusa de la India. Entre bache y bache pudimos ver los maravillosos paisajes que nos regala esta ruta  Manali-Ladakh, con tramos que superaban por momentos los cinco mil metros de altura.

Este paseo de 19 horas ( que se trago el mismo conductor suicida sin apenas descansar) es muy recomendable para los amantes del riesgo y las emociones fuertes, pero poco recomendado para gente con problemas relacionados con el corazón, la espalda, el vértigo o las hemorroides... Toda una experiencia que te demuestra claramente que lo que no te mata, te hace más fuerte.
Una vez que nos bajamos de la atracción de feria con forma de minibus, miramos al cielo,dimos gracias a todos los dioses hinduistas y besamos el suelo como si acabáramos de desembarcar en la tierra prometida.

Un familia ladaki nos esperaba sonriente en un pueblito llamado Shey. Allí dejamos las mochilas y aprendimos la palabra más importante para la gente de Ladakh: Julay!!!! Esta palabra que en nuestra lengua española suena un poco a insulto, en ladaki puede significar hola, adiós, gracias, buenas noches, feliz navidad,etc,etc...

Esa noche dormimos como bebes y a la mañana siguiente nos dirigimos a la zona en la que durante las 2 siguientes semanas se iba a celebrar el ritual de Kalachakra, una de las iniciaciones budistas más avanzadas y complicadas, dirigida directamente por su santidad el Dalai Lama. 

Una práctica para fomentar la paz mundial en estos tiempos de tantos conflictos mundiales.
Los tres primeros días los monjes y el Dalai lama recitaron y compartieron mantras y plegarias con todos los asistentes. Con los sentidos a flor de piel y la mente con síntomas de querer entrar en trance prematuro, empezamos a empaparnos del cambiante clima de Ladakh ( frío,calor,lluvia,calor,viento...) y de la gran devoción y respeto que tiene la gente de esta región del himalaya por el budismo tibetano.

Los días fueron pasando y las enseñanzas, rituales, plegarias e iniciaciones nos fueron dejando impresiones, sensaciones y pensamientos que son muy difícil de expresar con simples palabras. Se podría resumir lo vivido en este 33 kalachakra con una sola palabra: Julay!!!

En estos movidos días tuvimos la suerte de poder celebrar también el 79 cumpleaños del Dalai lama y compartir con él su deseo más grande: conseguir la paz interior para expandir una paz mundial real. 



Ese mismo día creamos un compromiso personal con él y decidimos que, a partir de ese momento, íbamos a empezar a recolectar día a día nuestros granitos de arena ( en forma de buenas acciones) para que el deseo de este señor de pelo rapado y ojos rasgados, se transforme en una montaña de esperanza y consigamos con ello dos grandes metas: mejorarnos a nosotros mismos y mejorar el mundo en el que vivimos. ¿alguien se apunta?

Después de esas dos semanas de budismo tibetano avanzado, nos despedirnos de nuestra familia ladaki y nos empezamos a hacer a la idea de que teníamos que enfrentarnos a la sabia afirmación de que todo lo que sube, tiene que bajar...¿que significaba esto? Volver a poner nuestro castigado trasero en otro aparato con ruedas que nos sacara por carretera de las montañas mas altas del mundo...

La ruta de Leh a Srinagar nos pareció una autovia de 5 estrellas comparada con el camino de patatas que tomamos 15 días antes de Manali a Leh. Vistas espectaculares que nos llevaron a bordear ríos y montañas y que nos dejaban ver en la distancia la frontera con Pakistan.
Después de unas 11 horas de viaje, llegamos a la capital de verano del estado de Jammu y Cachemira: Srinagar. Una vez allí, el conductor de nuestro jeep nos introdujo en los suburbios de la ciudad y nos presentó a un coleguilla suyo que supuestamente tenía unos houseboats buenos, bonitos y baratos.... Jajajaja. Al final resultó que no tenia houseboauts y para desculparse por las molestias, el señor que manejaba el negocio, nos ofreció unas habitaciones deluxe con humedades deluxe y con insectos y demás seres vivos extra deluxe. Debido a lo tarde que era y a nuestra cansancio, no tuvimos opción de buscar otro sitio menos deluxe  y decidimos usar aquí por primera vez nuestra mosquitera... Una vez colocada, nos mimetizamos perfectamente con las otras telarañas del lugar y pudimos sobrevivir a esa primera noche en Srinagar.
A la mañana siguiente contactamos con un couchsurfer que nos iba a acoger y corrimos como alma que lleva el diablo a sus brazos. Allí pudimos disfrutar de 2 días maravillosos con una familia cachemira y pudimos vivenciar de primera mano la gran actividad que se desarrolla dentro de los fantásticos lagos que se esparcen por la ciudad ( pesca, cultivos ecológicos y mercados flotantes, transporte con sikaras,etc).
En esta parte del país, en donde aún se sigue percibiendo la tensión generada por los antiguos conflictos entre Pakistan y la India, se puede conocer la india musulmana, ya que gran parte de los cachemiros son fervientes y convencidos 
musulmanes. 
A pesar de que el conflicto esté mas tranquilo en la actualidad, se puede notar una cierta tensión entre la gente y el ejercito indio, ya que muchos de los cachemiros desearían construir una cachemira independiente. Ya veremos que pasa...
Después de estas dos semanas por el norte del país, se podría decir que hemos conocido y vivenciado la India budista, la India musulmana y ahora nos vamos a Amritsar a conocer la India Sikh.

Seguiremos informando

Paz, amor, compasión y julay!!!








































martes, 1 de julio de 2014

India: semana 1: Adaptando nuestro cuerpo y mente a traves de la sauna de Nueva Delhi y el Spa del viejo Manali...

Parece que fue ayer cuando aterrizamos en Nueva Delhi y sentimos la primera bofetada de calor... Después de recuperarnos del susto de 42 grados, nos dirigimos a la puerta número 5 en donde nos esperaba Chamán, un alegre indio de 19 años que nos llevaría al corazón de Delhi ( Sadhipur).


Después de una hora y pico de recorrido llegamos por fin a nuestro primer campamento base. En lo que duró el trayecto nuestros oídos empezaron a notar la gran variedad y sonoridad que tienen los vehículos indios. 

Los que no estamos acostumbrados a tanto "pitorreo" nos podría parecer una situación incómoda o incluso imprudente, pero después de leer en muchos camiones y riksos la frase "please blow horn" ( por favor use su pito!!! ) creemos que incluso la dirección general de tráfico india aconseja que para ser un conductor prudente y respetuoso con tus compañeros de carretera, debes pitar ante cualquier situación ( si se cruza un coche, pita; si quieres pasar por un hueco imposible, pita; si quieres adelantar y te viene un coche de frente, no frenes, pita!, si quieres comunicar a otro conductor que quieres doblar, no seas imprudente poniendo tu intermitente, pita hasta que hayas entrado en tu destino...

Nuestras primeras 3 noches en Delhi las pasamos sudando debajo de tres ventiladores en una comunidad llamada Wahoe comune . Aquí convivimos con gente de nueva zelanda, Inglaterra e India y pudimos conocer qué están haciendo para mejorar la educación y el empoderamiento de niños y mujeres de las zonas más marginales de Delhi. Sin duda Chamán, Surendar y Mehar están aportando lo mejor de ellos mismos para mejorar esta caótica y colorida ciudad india.Después de convivir con ellos podemos confirmar que la gente de Wahoe comune tienen un verdadero espíritu Ahimsa!

Tuvimos la suerte de conocer también al gran Rakesh, un músico indio que nos doy toda la información posible para conocer la ciudad y que

nos presentó a uno de sus amigos de infancia ( Alok) que nos hizo el mejor recorrido posible por la vieja Delhi. También tuvimos la oportunidad de reencontrarnos con Oscar, nuestro gran amigo maño que nos doy un tour gastronómico  por el barrio tibetano de Delhi. ¡Que buena gente hay por estas latitudes!

Después de tres intensos y calurosos días en la capital de la India, cogimos un bus ( 15 horas de diversion...) rumbo a Manali, una ciudad del norte rodeada por impresionantes montañas, ríos, bosques y plantas salvajes de marihuana. Aquí nos alojamos en un pequeño hostal y pudimos empezar a compartir algo de música con gente de Estados Unidos, Rusia e India.




A 4 kilómetros de Manali hay un pueblecito con un encanto especial Vashisht, donde se puede tomar un baño de aguas termales en un templo del pueblo y hacer un sencillo trekking hacia unas cataratas sagradas. En Vashisht siempre hay algún bar en que se juntan unos cuantos músicos para improvisar sesiones de musica en vivo.

Esta noche nos espera un viaje de 18 horas que nos llevará a Ladakh, conocido también como Little Tibet, donde asistiremos al ritual de Kalachakra con Su Santidad el Dalai Lama.

Os dejamos algunas fotos para que os hagáis una idea de los pasos que hemos recorrido hasta ahora.


Namaste
Our first host CHAMAN
The best indian cook Surendar
Best old Delhi guide ALOK







Our first jam




A traditional house in Vashisht